Yo era esa chica. Era una bailarina tímida y murmuradora... con miedo escénico. ¡TODO EL TIEMPO! Verás, aunque bailé en la preparatoria y la universidad, me ponía muy nerviosa antes de los espectáculos, las audiciones o las presentaciones.
Aunque seas extrovertido y no sepas qué es el miedo escénico, puedes identificarte con la timidez en clase o con no querer quedar mal delante de tus amigos. Todos hemos pasado por eso alguna vez. Sin embargo, he aprendido algunos consejos y trucos para superar mi timidez. Esto me hizo pensar en otras personas como nosotros que no quieren ser los "introvertidos" del aula y quieren dar un paso más en el escenario (o al menos sentirse mejor).
1-Nadie te mira constantemente cuando bailas
Créeme. En serio, a nadie le importa cómo bailas ni piensa constantemente en ti. ¡Y no es una revelación para nada desagradable! De hecho, es bastante refrescante. Es liberador.
Solo tú, sé tú mismo. Los demás están ocupados consigo mismos, con sus propios movimientos o simplemente disfrutando del baile. Bailar no es una actividad para que te juzguen; bailar es libertad.
2-¿Alguna vez has intentado despertar tu personalidad de bailarín?
Esto es lo que te distingue como bailarina. Tienes la capacidad de ser otra persona en un mundo ficticio, libre de tus propias restricciones, dudas y miedos. ¿Por qué no aprovecharla?
Bailar es actuar, es un arte. Sucede algo interesante cuando no tienes que preocuparte por ser tú mismo. Todo se vuelve mucho más fácil. Elige tu personaje y sube al escenario, deja atrás tus miedos y actúa como ese personaje.
Imagínate como el personaje seguro de sí mismo que solo está ahí para sintonizar con la música, sonreír o cerrar los ojos. Finge hasta que lo consigas...
3- Nadie es perfecto y eso está bien.
Antes que nada, cálmate. No vas a someterte a una cirugía crítica donde tengas que cortarle el corazón al paciente y hacer esto y aquello. No hay muerte al final; no te centres en la perfección; eso solo arruinará tu rendimiento.
Incluso los más grandes profesionales cometen errores a veces mientras siguen vivos.
Exigirte demasiado y concentrarte en ser perfecto solo te estresará, lo que tendrá un impacto negativo en tu desempeño.
Cometer errores, así es como todos aprendemos.
4- No te compares con los demás
Este es tu viaje y tú no eres ellos, ellos no son tú. Cada persona es única, nuestros cuerpos no se parecen, no sentimos lo mismo al escuchar la misma canción. ¿Por qué compararse entonces?
Simplemente, cada uno tiene sus habilidades positivas y negativas; al centrarte en los demás, ignoras todas tus grandes habilidades. Toma las riendas de tu propio crecimiento y no te generes ansiedad innecesaria comparando las habilidades de peces y elefantes.
5- Mientras no te rindas, siempre habrá otro camino.
Si no lo intentas, solo perderás tu potencial. No tienes nada que perder, solo ganarás amor y respeto por ti mismo.
Créeme, de todos modos no verás a la mayoría de la gente en ese escenario durante toda tu vida :)