Pedrería y café: Una mirada retrospectiva a La Classique 2018

Rhinestones and Coffee: A Look Back at La Classique 2018 - iLoveDanceShoes

Bueno, La Classique puede que haya terminado, pero no podemos dejar de pensar en ello. Y hablando como alguien que compitió... ¡qué viaje tan increíble y mágico fue! Fue algo así como...

6:30 a. m.*: Suena la alarma. Por un momento me pregunto por qué debería molestarme en salir de la cama. Entonces recuerdo "¡¡¡ES LA CLASSIQUE!!!!!" y levantarme de la cama de repente se vuelve fácil. ¿Qué viene después? En mi caso, un refrigerio para que me suba el azúcar. Luego, café (esto será un tema, créeme). Luego, una ducha para enjuagar el exceso de bronceador en aerosol. Luego, el cabello. Lo cual, por alguna razón, me toma tres intentos hacerlo bien, aunque lo he hecho cientos de veces antes. A continuación, el maquillaje. Naturalmente, hay un desastre con el rímel que requiere rehacerse. Pero POR FIN está listo y tengo mi cara de juego puesta. Después viene el disfraz con todo su glorioso brillo (nota: los peligros de la competencia incluyen pisar diamantes de imitación sueltos con los pies descalzos #problemasdebailarina).

8:00 a. m.: Calentamiento. Estilo libre o repasando las rutinas una última vez antes de saltar a la pista. Intento recordar todo lo aprendido para poder lograrlo .

8:30 a. m.: ¡¡ ¡Comienza el espectáculo!!! Tomo la mano de mi pareja y salgo a la pista, bajo las luces, rodeada de brillo... y simplemente bailo. Todo se desvanece y estoy en mi burbuja, y nada más importa. Primero los bailes individuales. Luego el campeonato. Y desde la banda puedo oír a mi equipo gritando mi nombre... quizás tocando bocinas (¡YA SABEN QUIÉNES SON!)... y es maravilloso. Bailo lo mejor que puedo, le doy todo el corazón, y cada vez que salgo de la pista, satisfecha. Y en los momentos en que espero mi siguiente ronda... café.

Mediodía: Si es jueves, voy a tener una carrera loca por picar algo, cambiarme de disfraz, revisarme el maquillaje y volver corriendo a buscar ritmo y algo de rock 'n' roll. Hay más café. Más alegría. Más brillo, luces y ¡oh-la-la! Y todavía me parece increíble formar parte de esto. Sube la música, por favor.

17:00: TERMINADO. He terminado por hoy. La comida es imprescindible. El vino también. Después, volvemos al salón para relajarnos, observar y dejarnos cautivar por Slavik y Karina (hablaremos más sobre eso en un minuto).

23:00: Se acabó el espectáculo. Todavía tengo estrellas en los ojos. Ahora es hora de dormir... porque mañana lo voy a repetir. ¡Que venga!**

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Y así fue más o menos. Más o menos. ¿Algún otro momento destacado además de tocar la pista con todo mi corazón? ¿Qué tal Slavik y Karina? ¡Qué tal! Tener la oportunidad de ver a mis ídolos en vivo fue un sueño hecho realidad. Nos cautivaron con rumba, chachachá, tango argentino y (mi número favorito de todos) bamboleo. Dominaron la pista con gracia y clase, pasión y arte, y nunca olvidaré lo que sentí al verlos actuar.

¿Otro momento destacado? ¿Qué tal ver a Nino y Andra competir el sábado por la noche? ¿Hace falta decir más? Claro. Eso pensé.

Como competidor, me gustaría agradecer a Daniel Héroux y Meryem Pearson por organizar este hermoso evento. Es pura magia y lo espero con ansias el año que viene.

Nos vemos de nuevo en la pista.

*Consideren esto como un "día en la vida". Los horarios son aproximados y se basan en mi propia experiencia. Quienes bailan latinos internacionales pueden dormir hasta tarde. Quienes bailamos American Pro-Am Smooth y Open Rhythm nos levantamos al amanecer. Solo dennos el café. Por vía intravenosa.

**Para quienes tengan curiosidad, el peinado y el maquillaje fueron mucho más fáciles al día siguiente. Solo para que lo sepan.

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